
Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús; y también Jesús fue invitado a la boda, con Sus discípulos. Cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Y Jesús le dijo: «Mujer, ¿qué nos interesa esto a ti y a Mí? Todavía no ha llegado Mi hora». Su madre dijo a los que servían: «Hagan todo lo que Él les diga». Y había allí seis tinajas de piedra, puestas para ser usadas en el rito de la purificación de los judíos; en cada una cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: «Llenen de agua las tinajas». Y las llenaron hasta el borde.
Juan 2:1-7 (NBLA)
Tantas lecciones, tan poco tiempo
Sólo escogí tres:
- Jesús escucha.
- Haz lo que él diga.
- Trae lo que tengas.
Cuando el vino se acaba, María sabe de alguna manera que Jesús puede ayudar. Él le dice que no es el momento, pero ella no se deja disuadir. Pocos minutos después hay más vino en Caná. Aquí aprendemos que Jesús está dispuesto a alterar sus planes.
Diga lo que te diga, hazlo, aun si no entiendes completamente por qué. Ama a tu enemigo. Ora por los que te persiguen. Perdona a los demás. Supera la justicia de los fariseos. Dale al que te pida. No acumules tesoros en la tierra. No juzgues. Quítate la viga del ojo. Pide. Busca. Llama. Entra.
Y, finalmente, Jesús trabaja con lo que tenemos, dentro de la realidad de nuestras limitaciones. Los sirvientes no tienen vino, pero sí agua. No espera que tengan vino o que lo hagan aparecer de la nada. Ellos traen lo que tienen, y él lo transforma. Nosotros traemos lo que tenemos, y él lo transforma.
This is beautiful Corina. Brief, encouraging and memorable.
Thanks, Kathy