
"El fin de todo el discurso oído es este: Teme (reverencia) a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo (deber) del hombre."
Eclesiatés 12:13 (RVR 1960)
En estos tiempos difíciles, a veces necesitamos echarle una mirada "muy realista" a la vida. Salomón nos lleva a través de un análisis espiritual de esta vida en sus propios términos. Abre el libro reflexionando sobre todos los "ciclos" que damos por sentado a diario:
- La salida y la puesta del sol,
- Las mareas,
- El ciclo del agua,
- El clima, etc.
Al hacerlo, nos hace dolorosamente conscientes de que nosotros, como humanos, no hacemos "ciclos", sólo tenemos un transcurso a través del escenario de la vida en la que somos meros actores ("Como gustéis" de Shakespeare). En tiempos frágiles como estos, Salomón nos llama a evaluar el significado de la vida.
Escuchemos la conclusión de todo el asunto
Al final de Eclesiastés, Salomón, enriquecido de la sabiduría de Dios, nos presenta una imagen de envejecimiento y muerte. Hay un funeral en el pueblo y la procesión pasa por las calles. Todo está en silencio y la gente inclina la cabeza, alineándose en las calles mientras el cortejo pasa y el hombre va a su largo hogar. El único sonido que se oye es el chirrido de los grillos y el canto de los pájaros para los que la solemnidad de la ocasión es irrelevante. Una vez más, al igual que con los "ciclos" de la tierra en el capítulo 1, la naturaleza se burla de nuestra mortalidad.
¿Cuál es la reacción apropiada, entonces, a este análisis de nuestras vanas vidas que describe Salomón?
"Hagamos reverencia a Dios y guardemos sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre", grita el predicador, a todos los que se paran a reflexionar.
We have to live everyday to the glory of God (Colossians 3:23 whatever you do do it heartily to the Lord) as if it is our last day, we could be the next death in this pandemic.
It is hard, but important, for us to keep perspective. Thanks for the reminder.