
"...Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza."
Filipenses 4:8 (NTV)
En el evangelio de Juan leemos que Pedro y Juan fueron a la tumba tres días después de la crucifixión de Jesús. ¿En qué estaban pensando mientras corrían allá? Podríamos imaginarnos que estaban pensando acerca de la resurrección ya que habían experimentado la resurrección de Lázaro, habían presenciado la transfiguración y habían escuchado aquella voz del cielo más de una vez, "Este es mi hijo amado..." Habían escuchado al propio Jesús decir muchas veces que después de tres días y tres noches resucitaría de entre los muertos.
El pasaje relata con mucho detalle lo que estaban pensando: Juan 20:3-6 dice que corrían juntos pero el otro discípulo (Juan) corría más rápido que Pedro y llegó primero a la tumba. Después llegó Simón Pedro...
Nunca he entendido por qué es importante para mí saber que Juan corrió más rápido que Pedro cuando llegaron a la tumba. Bueno, tal vez este no sea el foro para resolver esa cuestión, pero tal vez valga la pena considerar lo que tenemos en mente mientras buscamos a nuestro Señor resucitado.
¿Estamos atentos o desatentos en nuestra carrera hacia el reino de Dios? ¿Estamos pensando en el camino? ¿En cómo nos comparamos con otros corredores? ¿En lo duro que hemos entrenado? ¿En la piedrecita adentro del zapato? ¿O estamos pensando plenamente en cómo será cruzar la línea de meta?
¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar!
1 Corintios 9:24
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