
El Señor es mi pastor, Nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; Junto a aguas de reposo me conduce. Él restaura[a] mi alma; Me guía por senderos de justicia Por amor de Su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; Has ungido mi cabeza con aceite; Mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días.
Salmo 23 (NBLA)
He tenido este pasaje memorizado desde que tengo memoria. Tengo claros recuerdos de haberlo recitado en la escuela dominical cuando tenía cinco o seis años. Uno de los grandes beneficios de tener un pasaje memorizado es que puedes meditar en él cuando quieras. Una desventaja potencial es que cuando los versículos son tan familiares, puedes tomarlos por dicho sin apreciarlos completamente. Este es un salmo que a menudo encuentro útil para cerrar los ojos y pasar unos minutos meditando en él, con el fin de romper su familiaridad y realmente empaparme del mensaje de consuelo y paz.
El Señor es mi pastor
Sin pasar mucho tiempo investigando las características de las ovejas, sé algunas cosas sobre ellas:
- Conocen la voz de su amo y la siguen,
- Necesitan protección de los depredadores, y se descarrían.
Nosotros somos iguales. Al menos con las dos ultimas características: necesitamos la protección de Dios y a menudo nos desviamos del camino. Pero, ¿conocemos siempre la voz de nuestro amo? ¿Hay cosas que podemos hacer para estar mejor sintonizados, como pasar un tiempo tranquilo meditando sobre Dios y las cosas que leemos en la Biblia, tal como hizo David? ¿Podríamos escribir fácilmente un salmo sobre lo que sabemos de Dios, como hizo David? ¿Podríamos entonar una canción sobre las cosas que Dios ha hecho por nosotros, ensalzando las características que conocemos de Él? ¿Cómo podemos llegar a conocer mejor la voz de Dios?
Nada me faltará
¿Nos sentimos que hay cosas que nos faltan, o creemos que nuestro pastor nos proporciona todo lo que realmente necesitamos?
Mira todas las palabras de acción en la siguiente sección. Me encantan las palabras de acción, porque me dan algo que imitar. Pero en este caso, la mayoría de las acciones vienen de Dios, lo cual es reconfortante. No tengo que hacer todo el trabajo.
- Me hace descansar;
- Me conduce;
- Me restaura.
Gran parte de la acción en nuestra vida viene de Dios, aunque no siempre lo reconozcamos.
- Podríamos tomar más descansos en los verdes pastos que Él proporciona.
- Podríamos con más frecuencia sentarnos tranquilamente junto a las aguas de reposo a las que nos conduce.
- Podríamos ser más conscientes de que Él da restauración a nuestras almas.
- Podríamos dejarnos más que nos guíe por senderos de justicia.
- No tenemos que guiar; simplemente debemos seguir.
Estos versículos muestran que Dios nos lleva a lugares buenos. No dice que nos lleva al valle de sombra de muerte, aunque no podemos decir definitivamente que no lo hace, por nuestro propio bien. Pero lo que sí sabemos es cuál sea la razón que nos encontremos allí, Él está con nosotros. Nuestra respuesta debe ser una de confianza. ¿Por qué? Porque Él está con nosotros. Su vara y su cayado están ahí para nosotros, para protegernos, dirigirnos y consolarnos. Cuando nos encontramos entre enemigos, Dios está ahí también, preparando una mesa para nosotros, ungiendo nuestras cabezas con aceite, asegurándose de que tengamos todos los recursos que necesitamos para hacer frente a cualquier situación.
El salmo termina con algunas de las palabras más reconfortantes de toda la Escritura...
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
No tenemos que buscar el bien y la misericordia de Dios, en el sentido de buscar algo oculto o difícil de obtener. ¡El bien y la misericordia de Dios nos seguirán, persiguiéndonos hasta alcanzarnos! Y, a la larga, aunque no siempre reconozcamos esa bondad y misericordia en esta vida, veremos su cumplimiento cuando se nos dé la bendición de habitar en la casa del Señor para siempre.
I have been both a passenger and a driver of my car. As a driver, I am focused on the road in front of me or on the GPS talking to me. As a passenger, I get to look around at the buildings, notice our fellow travellers, and relax into making the journey as comfortable as possible. While I am conscious of any upcoming problems, I know that it is not my responsibility to navigate around them, but rather just to be present as we go around them. With God is my shepherd, I do not have to worry about which way to go, or try to predict obstacles, all I have to do is to keep following and believe that God knows I can finish His chosen path. With God as my shepherd, I travel with others in the flock and I can relax and enjoy the pleasures of the journey and know that others will help me with whatever obstacles will come. With God as my shepherd, I am loved, guided, and protected. With God as my shepherd, I do not want.
So beautiful! As you point out, the words of the Bible are not meant to be skimmed over quickly. They are to be pondered in our minds. Thanks for sharing these encouraging thoughts!